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Para que no me olvides. Antología


Óscar Castro

Selección de Luis Andrés Figueroa y Ernesto Pfeiffer
Prólogo de Rafael Rubio B.
Epílogos de Augusto D'Halmar, Gonzalo Drago y Raúl González Labbé
Ilustraciones (óleos) de Carlos Pedraza O.
Primera edición, mayo 2022
Colección Poesía
ISBN 978-956-214-230-4
Páginas: 296
Precio $10.000.-


La obra poética y narrativa de Óscar Castro es una pieza fundamental de la literatura chilena del siglo XX. En ella se plasma y canta la experiencia íntima de la provincia chilena y el contacto humano con la naturaleza, sus asperezas y levedades. Asociado a la «poesía de la claridad» y al cultivo del verso musical de raíz española, así como al criollismo en prosa, su trabajo trasciende cualquier categoría y perdura apelando a la profundidad y simpleza de «esas viejas cosas que el corazón ya sabe». Su palabra está atravesada por «el habla de los hombres / que van curvados por el campo / y el grito puro de la tierra / cuando la hienden los arados». Esta antología, ilustrada con óleos de Carlos Pedraza, prologada por Rafael Rubio y con epílogos de Augusto D’Halmar, Gonzalo Drago y Raúl González Labbé, reúne textos de todos los libros de poemas publicados de Óscar Castro en vida y tras su muerte, una selección representativa de sus cuentos, como también algunas de sus cartas. Quien se adentre en estas páginas constatará, como apunta Rubio, que la sencillez del escritor rancagüino es la de «aquel que reconoce en las cosas cercanas su heredad y las describe con un tono cotidiano, trasmutado por la gracia de su lirismo, en cosas únicas, dignificadas por el rigor formal».

 

Óscar Castro Zúñiga (Rancagua, 1910 - Santiago, 1947)

Nació alejado del mundo letrado y se formó de manera autodidacta. Problemas económicos y de salud lo hicieron abandonar los estudios formales y emprender oficios diversos —repartidor de pan, empleado de banco, librero, periodista, bibliotecario, profesor. A los diecinueve años publicó sus primeros poemas con el seudónimo de Raúl Gris. Participó activamente junto a otros escritores e intelectuales de su generación en el Círculo de Periodistas de Rancagua, que luego dio paso a la fundación del grupo literario «Los Inútiles» en 1934. Castro impulsó la creación de la Revista Oral, proyecto radial dedicado a la cultura y las artes transmitido por la radio de Rancagua, y dirigió la revista Nada: en defensa del espíritu. En 1942 fundó junto a sus compañeros la revista Actitud y al año siguiente, la editorial Talamí.

El escritor se instaló en el ámbito poético chileno con la aparición de su «Responso a García Lorca» en 1936, que fue recibido con sorpresa y elogio por sus pares; entre ellos, Augusto D’Halmar, quien prologó su primer libro de poemas, Camino en el alba (1938), y destacó «su música perfecta». A este le siguieron Viaje del alba a la noche (1940), Reconquista del hombre (1944), y los libros póstumos Glosario gongorino (1948) y Rocío en el trébol (1950).
Su obra narrativa se inauguró en 1940 con la publicación de los cuentos de Huellas en la tierra y continuó con Comarca del jazmín (1945). El realismo de su prosa, cercano al criollismo y de vuelo lírico, se torna más crudo en sus novelas póstumas, entre las que destacan Llampo de sangre (1950) y La vida simplemente (1951).

Sus últimos días los pasó haciendo clases en un liceo de Santiago, donde tras una convalecencia por tuberculosis falleció el 1 de noviembre de 1947. Los treinta y siete años que duró su vida dejaron un legado literario signado por un fervor creador que plasma con rigor formal el claro y profundo contacto vital con la tierra.

Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) 2019.